Queda al descubierto su nexo con Rolando Zapata Bello y Víctor Caballero Durán, la cruz de su parroquia.
Los números son alarmantes, un “desplome” en un fin de semana para un candidato es algo de miedo; Verónica Camino Farjat, se encuentra en “shock” tras conocer los números que le presentaron tan pronto concluyó la visita de Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, en donde se observa claramente que va a la baja, y que Ismael Peraza Valdez, “Echaniz” la ha desplazado en la preferencia de los morenistas.
En su desesperación ataca al ahora candidato a la alcaldía de Mérida por Fuerza Por México, pues de no hacerlo, se confirmaría en la elección lo que los morenistas sospechan. Primero, que usurpó una candidatura sin posibilidades de ganar; segundo; que el abanderado natural era precisamente Peraza Valdez, y tercero, que ya no podría competir como candidata a gobernadora en el 2024 sino queda entre los tres primeros lugares de la contienda electoral.
Preocupada por este riesgo, la chapulina, obedeciendo a sus padrinos, Rolando Zapata Bello y Víctor Caballero Durán, tratan de “bajar”, la candidatura de Peraza Valdez, al desplazar ya a Verónica, saben que la única forma de detenerlo es impedir que juegue.
Recurrieron a una demanda improcendente. Un presunto juicio de demanda por pensión alimenticia promovido por una de sus ex parejas. Lo que no tomaron en cuenta los de la mafia del poder local, es que, tal demanda, se la intentaron achacar a Echaniz en el 2015, con el folio 1254/2013, y la cual no procedió porque el juez no encontró fundamentos.
La desesperación de la falsa rubia, le ha hecho dar pasos que confirman todo lo que niega; empezando con que Rolando Zapata Bello, y Caballero Durán están detrás de ella. Recibiendo a un dirigente nacional de Morena, en un local que pertenece precisamente a Caballero Durán, el Grand Versalles. Y pensando que nadie se daría cuenta de ello; incluso el propio Mario Delgado lo notó y supo con claridad.
Aquel día, ese viernes 21, en ese salón del oriente de la ciudad, notario fue el enojo de Delgado Carrillo, pues la soberbia de la Camino, fue evidente, casi sin dejarlo hablar, y ella, desesperada tratando de arengar a los presentes, que sumaron, a lo mucho, 350 personas, según el parte policiaco, aunque el equipo de la candidata trató de inflarlo a mil.
Quiso “chamaquear” al dirigente nacional, “venderle espejitos”, diciendo que eran más de mil asistentes, subestimando el colmillo político de un hombre que por algo está en donde está; la dirigencia nacional de su partido.
Delgado Carrillo platicó con los medios en breve entrevista, y tuvo que sostener la mentira, no por apoyo, sino porque no le quedó de otra. Hablar que tienen a los mejores candidatos, pese a que en su cabeza, la idea de decepción por lo que vio, fue mucho mayor.
Los rolandistas veían tiro seguro, apoderarse de la marca política de moda, con su alfil “Verónica”, para regresar al poder y seguir eternos en el mando. Pero los números no les dan. Verónica podría no solo no ganar la alcaldía, sino quedar fuera de esos anhelados tres lugares. Porque si la supera Ismael, el morenismo lo respaldará a él en el 2024 y no a ella.
Recurre en su desesperación a una demanda que intentaron en el 2015, y la desesperación nos hace cometer errores. Ella ha quedado al descubierto, evidenciando a sus padrinos. Un intento burdo y desesperado de una figura que va en caída libre.