La DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) planea expandir sus actividades en México para 2021 con la creación de tres nuevas plazas de agentes especiales y la compra de un avión espía.
La agencia antinarcóticos pidió al Congreso de EU una partida de 1.5 millones de dólares para la creación de tres plazas para agentes especiales que trabajarán en las oficinas que tienen desplegadas en México y Centroamérica, y que se sumarán a los 54 agentes que operan en territorio nacional en 10 oficinas repartidas de Tijuana a Mérida.
“En estas regiones, un aumento en el personal de los agentes mejorará la coordinación operativa con las contrapartes extranjeras de la DEA encargadas de hacer cumplir la ley a través de investigaciones bilaterales, incautaciones de laboratorios clandestinos de metanfetamina y heroína, así como desarrollando nuevas fuentes confidenciales en la región”, se lee en la solicitud consultada por MILENIO.
En la propuesta de presupuesto, la DEA también pide recursos para financiar la compra de un avión King Air 350 por 9.2 millones de dólares, que será usado para labores de espionaje e intersección para combatir a los cárteles en México y otros países de la región donde desde hace años han acumulado influencia.
“Los nuevos King Air 350 se utilizarán principalmente en países como México, Colombia, Perú y Afganistán. En entornos extranjeros, estos aviones se utilizan normalmente para transportar carga, personal de la DEA y pruebas, así como para actividades de vigilancia”, justifica.
Igualmente se considera una partida por 7.7 millones de dólares para el financiamiento de células de policías infiltrados en el crimen organizado, conocidas como Unidades de Investigaciones Sensibles y que operan desde hace 20 años en México y Centroamerica.
Este fondo se utilizará para proporcionar “suplementos salariales para las contrapartes del país anfitrión participantes, capacitación, requisitos de investigación y otros gastos operativos, como la compra de pruebas e información o el alquiler de instalaciones encubiertas”.
Es decir, busca blindar a esas unidades que son compuestas por elementos policiacos del país donde opera el programa. En el caso de México, por muchos años los agentes considerados incorruptibles para infiltrarse entre los cárteles eran escogidos de la extinta Policía Federal, ahora absorbida por la Guardia Nacional.
El nuevo avión se sumará a la flota que existe de nueve aviones idénticos que la agencia ya utiliza extensamente en América Latina y el Caribe, y al que se le equipa con una tecnología de espionaje conocida como Vigilancia y Reconocimiento de Inteligencia (ISR, por sus siglas en inglés).
Esta tecnología ha “sido utilizada con éxito en la localización y captura de sospechosos en Paraguay, Perú, Honduras, Guatemala y México; sin embargo, la DEA actualmente no puede satisfacer la demanda actual de ISR de apoyo en Centro y Sudamérica”.
Alertan filtraciones
Ex agentes estadunidenses de seguridad que tuvieron operaciones en México advirtieron que algunas disposiciones incluidas en la reforma a Ley de Seguridad Nacional aprobada por el Senado la semana pasada pueden poner en riesgo las investigaciones que agentes extranjeros hacen en territorio nacional y su vida.
Tanto Mike Vigil, ex jefe de operaciones internacionales de la DEA, como Davy Aguilera, agente retirado de la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EU) coincidieron en que el avance de esa ley les resulta preocupante.
Lo que más los inquieta, a quienes en su momento estuvieron asignados para combatir cárteles como el de Sinaloa, el del Golfo, La familia michoacana o Los Zetas, es que las agencias extranjeras se vean obligadas a reportar cada uno de sus pasos a México, y con esto, arriesgarse a sufrir una filtración fruto de la corrupción.
“He trabajado con muy buenos elementos de las fuerzas de seguridad de México, pero hay algunas que son corruptas y es muy difícil compartir toda la información, porque nunca se sabe si va a haber un flujo de información a los narcotraficantes que comprometa a agentes de EU, informantes, operativos e investigaciones”, explicó Vigil vía telefónica.
Aguilera agregó que verse obligados a reportar todo lo que investiguen mientras están en México “sería un desastre, porque la corrupción está por donde quiera, si pasara algo así nunca vamos a estar seguros en nuestras investigaciones, pero más importante, arriesgamos la vida”.
Vigil aseguró que “muchos senadores votaron la ley sin saber cómo trabaja la DEA, cómo funciona, no saben; las fuerzas de seguridad se está disparando en el pie”.
Con información de Milenio