Controlar un ventilador es como volar un jet: en manos inexpertas el desenlace es fatal, por lo que contar con estos aparatos no fue garantía de salvar vidas en la epidemia de COVID-19, concluye José Elizalde, jefe de Neumología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición.
En el país, según los datos abiertos de la Secretaría de Salud, de las más de 54 mil personas que han sido intubadas a causa del COVID-19, la mayoría, 82 por ciento, ha muerto.
El experto apunta que en México se pudo comprar ventiladores, pero no fue posible hacerlo así de la noche a la mañana ya que se requiere una capacitación requerida para operarlos, pese a la gran disposición del personal de salud.»Es como si ahorita a mí me pusieran (a manejar) un jet nuevo. Nos estrellamos desde la pista, nos morimos todos. Lo veo de manera muy parecida. Hay muchos lugares donde gente con realmente muy poca capacitación; con buen ánimo y disposición, pero sin un conocimiento técnico apropiado», advirtió.