El Rastro de la ciudad de Mérida tiene una capacidad instalada que permite sacrificar 50 bovinos y 800 cerdos al día, pero de acuerdo a información de la paramunicipal actualmente trabaja a un 70% de esa capacidad, con procesos que se realizan bajo la supervisión de médicos veterinarios certificados ante el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) que es el órgano federal responsable del correcto funcionamiento, bienestar y manejo de los animales que ahí se procesan.
Asimismo, para el funcionamiento del Rastro sus instalaciones se someten a revisiones periódicas por parte de la Secretaría de Salud, además de que cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales para procesar el agua que utiliza.
En fechas próximas se instalará también un equipo de refrigeración con capacidad de 35 toneladas, que permitirá reforzar los sistemas refrigerantes con que cuenta, lo cual es una necesidad especialmente por el aumento en la temperatura ambiente que pudiera afectar los procesos de enfriamiento.
Se informa que el mantenimiento de las instalaciones se realiza todos los días y está a cargo de un equipo propio del Rastro, cuyos integrantes reciben capacitación constante.
Por otra parte, los residuos sólidos son enviados todos los días al relleno sanitario, de manera que no hay acumulación de desperdicios que pudieran generar malos olores.
El Rastro fue construido hace unos 40 años en una zona que para ese entonces no era residencial y a pesar de que se ha analizado su reubicación ante el crecimiento habitacional de la zona, el alto costo que esto representaría y la falta de recursos han frenado el proyecto.
Reubicar el Rastro representaría una inversión aproximada de 250 millones de pesos y a pesar de que el Ayuntamiento ha evaluado diferentes modelos para conseguir recursos para hacerlo, lo limitado del recurso público no ha permitido concretar ese proyecto.