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jueves, marzo 30, 2023

Millones de personas vacunadas contra COVID-19 no generaron anticuerpos

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Era una hermosa tarde de marzo, y mientras June Tatelman paseaba a su perro por su barrio de Boston, se sentía muy animada.Tatelman acababa de recibir su segunda dosis de la vacuna contra el covid-19 de Pfizer, y por fin se vislumbraba el fin de la pandemia. Tal vez pronto podría jugar con sus nietos y volver a su trabajo voluntario de ayuda a los niños en hogares de acogida. Quizá dentro de unos meses, cuando su marido cumpliera 75 años, podrían salir a un restaurante para celebrarlo.

Mientras caminaba, se topó con su médico de cabecera, que acabó con su entusiasmo rápidamente.

Para tratar los vasos sanguíneos inflamados de sus pulmones, Tatelman, de 73 años, toma un medicamento que suprime su sistema inmunológico. Su médico había leído estudios médicos recientes que sugerían que la vacuna podría no funcionar bien en algunas personas que toman medicamentos como el suyo.

El médico le pidió que se hiciera un análisis de sangre para comprobar si la vacuna había funcionado, es decir, si tenía anticuerpos contra el virus.

Se hizo la prueba y no tenía anticuerpos detectables contra el covid-19.

«Fue un shock total», dijo.

Tatelman estaba ahora llena de preguntas para su médico. ¿Sus bajos niveles de anticuerpos significaban que la vacuna no había funcionado? ¿Debía recibir una tercera dosis de la vacuna? ¿Debía reducir los medicamentos que suprimen su sistema inmunológico para que la vacuna tuviera más posibilidades de funcionar? ¿Había algo más que pudiera probar para que la vacuna contra el covid-19 le funcionara?

Hay muy pocos datos que ayuden a Tatelman y a su médico a responder a estas preguntas. Millones de otros estadounidenses también están tomando medicamentos inmunosupresores que podrían debilitar el efecto de la vacuna contra el covid-19, y se encuentran en un territorio desconocido, asustados, con razón, por la posibilidad de que sus vacunas no hayan funcionado.

Si sus vacunas no funcionaron, dependen de que el resto de la población se vacune.

Esto debería inspirar a las personas que no se han vacunado a arremangarse, dijo el Dr. Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud este jueves a CNN.

«Incluso si crees que no lo necesitas, piensa en esto como una donación de tu propia buena voluntad a aquellos que son más vulnerables», dijo Collins. «Es la mejor esperanza que tienen».

Las vacunas nunca se prueban en personas con inmunodeficiencias

Aunque no hay una cifra clara de cuántos estadounidenses toman medicamentos que podrían suponer un desafío para la vacuna contra el covid-19, un nuevo estudio puede ayudar a alcanzar un estimado. En un artículo publicado el mes pasado, la Dra. Beth Wallace, reumatóloga, y su equipo de la Universidad de Michigan, registraron en una base de datos de más de 3 millones de estadounidenses cuántos tomaban  medicamentos inmunosupresores.

De acuerdo con estos datos, Wallace calcula que unos 6 millones de estadounidenses toman inmunosupresores que podrían interferir con la vacuna.

Ella menciona que se trata de una cifra conservadora, ya que su base de datos no incluía a las personas que tienen Medicare y que podrían ser más propensas a tomar esos medicamentos. Su estimación tampoco incluye a las personas que toman corticosteroides orales, que podrían, en grandes dosis y durante largos periodos de tiempo, ser un problema para la vacuna.

Cuando las empresas farmacéuticas probaron las vacunas contra el covid-19 en ensayos clínicos el año pasado, excluyeron específicamente a las personas que tomaban medicamentos inmunosupresores.

Eso dejó a esos pacientes «en un aprieto», sin saber si las vacunas funcionarían para ellos, dijo la Dra. Kathryn Stephenson, especialista en enfermedades infecciosas y profesora adjunta de la Facultad de Medicina de Harvard.

Después de que la vacuna se hiciera pública, los investigadores empezaron a comprobar si funcionaba, o no, en personas inmunodeprimidas.

INFORMACION CNN

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